jueves, 28 de enero de 2016

CRÓNICA: FUNERAL ALFREDO FERNANDEZ CARDENAS

                                                       Alonso Antonio De los Reyes Arrocha
                                                                                   28/ENE/016

 
 Eran las 3 de la tarde cuando me entere de la noticia, Al parecer era un día  normal, ya había terminado la jornada escolar y estaba en mi casa, descansando un poco, viendo la televisión y platicando en el celular, cuando una noticia empezó a circular… Al principio no quise creer pensé que era mentira o al menos eso quería creer, hubiera preferido que así fuera, pero más tarde diferentes personas, y diferentes medios de comunicación confirmaron la noticia.
José Alfredo Fernández Cárdenas Maestro de la facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Matamoros había fallecido. Al parecer se había quitado la vida en uno de los actos más tristes jamás antes vividos en la universidad. Nadie podía creerlo, ni sus alumnos y mucho menos sus familiares y personas muy cercanas a él. Fue un día difícil en el que todos se encontraban consternados y al confirmarse la información de su adiós todos recurrieron a tomar los recuerdos  más importantes que tenían con él y revivirlos, publicaciones en las redes sociales en honor a él fueron muy recurrentes o imágenes de Superman  el famoso súper héroe del que el profesor era muy fanático y por el cual se le relaciona en muchas ocasiones.

Como era de esperarse al día siguiente todos acudieron a la universidad, pero con el ánimo destrozado, se sentía el ambiente de tristeza en la universidad y eso se notaba desde lejos, era muy opaco todo, sus alumnos caminaron hasta su salón, no olvidaron esa mañana ponerse su playera negra del hombre de acero, en honor a su querido maestro, que mas que maestro, era un amigo, un buen amigo para todos.
Sus amigos y compañeros esperaron en una banca de la universidad y después de unas horas se  dieron cita en el funeral del profesor en la funeraria Escobedo localizado en la calle Tamaulipas de la ciudad de Matamoros, en donde muchas personas se daban cita para dar el último adiós a su adorado súper cuate. Era muy triste el ambiente. Como era de esperarse, todo estaba muy triste, había muchas lágrimas, se sentía todo con una melancolía espectacular, se miraban como personas muy cercanas a él estaban destrozadas y no era para menos. El maestro era muy querido por muchas, muchas personas, era algo muy difícil de creer y más cuando habían estado teniendo clases de él días antes, pero según dicen, miraba raro, algo diferente, no era él, se miraba tristeza en su cara las últimas veces que tuvieron la dicha de estar en su clase, jamás se hubieran esperado una noticia de este tipo, pero así fue, así paso, y no les quedaba más que estar con él para prepararse y darle el ultimo adiós a su querido profesor. Sus alumnos  estaban muy tristes.la verdad que les dolió mucho la noticia e intentaron hacer lo necesario para controlar las emociones pero estando allí en el funeral a muchos se les rompió el corazón y fue cuando mas unidos se encontraban, a pesar de las indiferencias se dieron apoyo mutuamente.


Fue una noche muy difícil, nunca va ser fácil decirle adiós a alguien tan especial. Muchos no pudieron dormir, pues en sus cabezas pasaban muchas cosas, muchas ideas tenían muchos pensamientos buenos, malos, y muchos recuerdos de todo tipo. Recordar  es vivir, y sin duda eso es verdad pero no quedaba más que tranquilizarse e intentar seguir apoyándose entre sí  para que no se encontraran tan tristes y solos en esta difícil situación.

Al  día siguiente era el entierro. Un día mucho más triste que el anterior se esperaba, pero había que tomar fuerzas de flaqueza para no derrumbarse por completo, por ello, sus alumnos se  levantaron con la mente preparada y listos para ir, primero acudieron a la universidad para encontrarse con otros compañeros e irse juntos y así fue, sus alumnos pasaron a comprar unos globos blancos en símbolo de paz ante dicha situación. Entonces llegaron a la funeraria Escobedo, donde era mucho la tristeza que rondaba, pero aun así hicieron acto de presencia con toda las ganas de dar el ultimo adiós a su súper héroe. Se llevo a cabo una misa de cuerpo presente donde muchas personas soltaron lagrimas y se pusieron a llorar muy fuerte y el corazón de muchos se partió en mil pedazos, se miraban muchos personas destrozadas pero no quedaba otra opción que hacerse el fuerte y apoyar en lo que se pudiera. Después de la misa se fueron todos al Panteón Nuevo caminando, y algunos en carro, pero era una marcha impresionante de alrededor de 100 personas que se dieron cita para da el ultimo adiós del  maestro. Muchos coreaban canciones de despedida había maestros, alumnos y familiares del licenciado Alfredo  y a más de uno les dieron ganas de que pudiera ver para cuantas personas era importante y cuantas personas estuvieron presentes hasta el final para darle el ultimo adiós.
Caminaron tres cuadras aproximadamente y después llegaron al panteón Los tomates en donde todos caminaron hacia su tumba  y rodearon el lugar, al profesor le gustaba mucho la música de banda por eso contrataron a la Consentida, un grupo musical de dicho genero para darle el ultimo adiós y empezaron a tocar sus canciones preferidas mientras todos se desgarraban por dentro. Sus familiares se encontraban muy tristes llorando incluso se pudo ver como alguien se desmayaba de tanta impresión. La verdad fue muy difícil ver esas escenas pero había que estar consciente de lo grave que era la situación y por ello era necesario conservar la calma con mucho profesionalismo.
Se Pudo ver muchas cosas el tiempo que duro el entierro. Muchas  personas que se quedaron hasta el último momento. El profesor se llevaba bien con la mayoría, sus alumnos no podían olvidar su singular forma de dar clase y más que nada sus típicas frases que muchos de ellos llevaban en el corazón, le gustaba mucho cantar, y así lo despidieron todos juntos cantando al son de la banda como a él le  hubiera gustado que fuera. Fue una de las cosas más tristes pero también más bonitas que se han visto, sin duda muchos de ellos  nunca olvidaran lo que vivieron ayer.

El grupo de banda termino de cantar y se despidió con la canción por la cual todos conocían al buen Alfredo. Se trata de El ruido de tus zapatos  canción que el siempre interpretaba en convivios, fiestas y karaokes con sus amigos y alumnos. Fue un momento inolvidable donde a más de uno de los presentes se les enchino la piel. La tristeza se sentía, pero el apoyo era más, era el último adiós del súper cuate y lo despidieron como se debía de hacer, transcurrieron las horas y después de las desgarradoras escenas que se presenciaron era el momento de enterrarlo, donde su hermano Alonso sus sobrinos, familiares y amigos más cercanos tomaron la pala y sobre su tumba dejaron caer tierra, demostrando que por ser las personas que más lo querían, serian también las que lo enterrarían.
Aproximadamente era la 1 y media de la tarde cuando se dio por terminado el último adiós del hombre de acero. Sus alumnos decidieron despedirlo y retirarse del lugar con un nudo en la garganta. Fue entonces cuando fueron con el hermano y cuate del difunto: Alonso. Quien se notaba muy fuerte ante la situación y los saludo y se despidió de ellos agradeciéndoles de ante mano el haber estado presentes en el velorio y en el entierro, y a si mas personas fueron despidiéndose de sus familiares y dando el ultimo pésame para después retirarse. Fue un día muy difícil para todas las personas cercanas al Licenciado Alfredo. La terrible noticia que había circulado y que no quería creer resulto ser realidad y por más doloroso que fuera se tenía que acatar la situación y estar presente para brindar apoyo, eso mismo pensaron sus amigos y compañeros que también fueron personas que convivían con el Licenciado. A si es como finalmente cada quien todo su camino y con una cara de incertidumbre por no comprender completamente la situación y no querer aceptar la dura realidad, pero había que seguir, había que continuar y cada quien partió unos a descansar, otros a continuar con su rutina para intentar distraerse de los momentos difíciles que se vivieron, y que sin más preámbulos había terminado. Muchos pensamientos pasaron por la cabeza de todos, sobre la vida, sobre lo que nos rodea y sobre lo que existe después de la muerte, era muy difícil todo pero no quedaba más que continuar con sus respectivas vida por más complicado que fuera.

Hoy, un día después de lo ocurrido las cosas son difíciles, la Universidad de Matamoros tiene un vacio, en especial la facultad de Ciencias de la Comunicación, ya no estará ese maestro sonriente y que se llevaba tan bien con sus alumnos, hoy solo son recuerdos los que se vienen a la mente de muchos, momentos que se tenían con él y la mayoría buenos y son precisamente esos momentos que se deben volver recuerdos eternos en la mente de todas les personas para las que fue especial y quizá sí, hoy su presencia en este mundo es solo un recuerdo más en la vida, fue triste pero siempre quedara una pequeña sonrisa en el rostro de todas las personan que lo amaban y  de haber estado presentes en el último viaje del hombre de acero y ante toda situación difícil de este tipo siempre es bueno recordar, entre tantos malos momentos, que no se muere quien se va, solo se muere quien se olvida.

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